Que tan legítimos son los presidentes?
Entiendo que
de alguna manera, el titulo puede despertar suspicacias, pero realmente, lejos
estoy de intentar cualquier cosa, que no sea, poner sobre la mesa de las
cuestiones, una vacilación , un suceso personal, que no termina de convencerme
cuando lo imagino, como una axioma
figurativo, producto de un incidente
legal.
También creo
que por esos espacios, no tan bien definidos, (y esto no tiene nada que ver con
cómo lo llame uno, o el titulo reglamentario que merece por ley, cosa que no
siento la necesidad de debatir, ya que visto desde este lugar, ese rotulo
burocrático o protocolar se me ocurre
bastante menos importante, que
esta distinción, que sin estar escrita, en ninguna tabla hierática, concede
atributos trascendentales para aquel que lleva adelante los destinos de sus
representados.)
Cualquiera
de nosotros sin demasiada especulación, puede diferenciar más allá de lo
estético, (que no digo, que no contribuya
a la imagen común, pero que no es
desde este enunciado, el factor de importancia) si un mandatario (para
contribuir a una visualización más
global, del interlocutor del que hablamos) es o no legítimo.
Esto,( y
hablo de la percepción que nos causa)
como algunas otras cualidades genuinas, no es fruto tan solo de lo
aplicado que fuere el sujeto , ni del
conocimiento o no de las reglas de formalidad que tenga el mismo, sino más bien
de un acontecimiento del estado natural de este mismo.
Pero ahora,
en este análisis, aplicado a los mandatarios (de naciones, ciudades; barrios,
etc…) nos podríamos preguntar, a fin de obtener algún resultado a la consigna
principal de la instrucción) que hace, o
como se logra, e inclusive si es que cualquiera puede rotularse como legítimo, y llevarse el
triunfar en el intento.
Normalmente,
(hasta por una razón instintiva) no somos proclives a la imparcialidad, Nos
cuesta mucho definir una situación en forma objetiva; en forma relajada. A
menos que puntualmente nos impongan este detalle como norma. El que por cierto, tampoco nos
garantiza que lo logremos, y esto (que no solo lo sabemos nosotros) es hoy por
hoy, una herramienta esencial y de uso múltiple, para los gurúes de marketing y
la formación de imagen.
La suma de
estos dos puntos (es decir la falta de definición, y la aplicación abusiva de percibir
un agujero negro, en nuestras decisiones
inciertas. Les otorga la posibilidad de maniobrar,
como mover la aguja, de esa esencial balanza, hacia el costado que ellos
desean. Con la particularidad estadística, de que la mayoría de estos
manipulados, pocas veces llegan a enterarse, que determinada acción, no obedece
a la suma de reflexiones personales, sino que, desde lo subliminal, han
plantado de alguna manera los disparadores necesarios para que nosotros,
(ajenos a estos manejos organizados) optemos por el veredicto que más les
conviene a ellos.
Más allá de
que creamos o no en la certeza de esta dilucidación, tendríamos, al menos que
tomarnos el tiempo (total nadie tiene que saber que uno lo hace, si realmente
es lo que pretendemos) de examinar el porqué de ciertas decisiones, y confirmar si efectivamente las mismas, no fueron
arrebatadas, o no analizadas en la totalidad de las opciones de que
disponíamos para nuestra elección.
Luego, como
complemento de este primer ejercicio, respondernos si el mismo, nos generó,
alguna devolución, y aquí, es necesario un aparte.
Tomar
distancia por un minuto para entender, que es tan noble este entrenamiento, que
como esos carteles de las viejas kermeses, podríamos decir sin necesidad de
mentir, que jamás se pierde. Que existen
muy pocos objetivos, por mínimos que
sean, que nos garanticen no perder jamás.
Y se
verifica confirmando si es que dejo algún tipo de resultado.
Si no nos
devolvió ningún resultado, pues bien, no hay problema, solo que posiblemente no
hayas sido lo suficientemente honesto contigo. Pero bueno… nada te priva de
hacerlo nuevamente…
Si lo dejo;
perfecto porque no existe resultado que
sea negativo. Si la respuesta a estas cuestión nos devuelve que sí, que si fue
revisada y tomada con el tiempo necesario como para estar seguro de que esa
acción representa lo que queríamos expresar, extraordinario, solo tendríamos
que saber que existen también corolarios, para aquellas decisiones que nos
representaban. Es decir, si quise expresar eso y opte por eso… bien, nada nos
garantiza, que esa acción representativa
de nosotros, sea la más conveniente.
Si la
devolución nos reflejara, un no. Y nos enteráramos, de que realmente, podríamos
haber evaluado mejor nuestras opciones… pues perfecto, porque nos hemos dado
cuenta, (tan solo por ejercitarnos en como deberíamos tomar nuestras
decisiones, y más allá del resultado), de que nuestra elección, cuenta; suma;
define…y nos preparara para que, en la
siguiente posibilidad electiva, estemos preparados ,para que más allá de los resultados, la misma, nos
permita la tranquilidad de sentir que nuestra elección ha sido la correcta, y
que a la vez, existe la posibilidad de que también descubramos, que muchos, con la elección tan calificada
como la nuestra, sean más, y que indudablemente
serán los que pondrán a sus representantes a manejar ( o administrar)
los recursos del país por el tiempo en que hayamos decidido. Y atención, que
esto no es poco; porque si nos decidimos a ejercitar con compromiso el
ejercicio de un voto calificado. No
habría forma, (a menos de que precisamente
se voten otras prácticas por mayoría) de que ningún guru del marketing
opere sin que lo sepamos, en nuestras decisiones) tendríamos la convicción de
que esa persona que asume por el lapso de 4 años la dirección y representación
de toda la nación, ha sido elegida, por una mayoría, que tiene los mismos
derechos que nosotros, a decidir quién y cómo, guiara el barco en el que
estamos todos, los que lo han elegido, y los que no.
Y todos, los
que al fin y al cabo, seguiremos navegando el mismo barco, nos repetiríamos
mas. Nos insultaríamos menos… pondríamos puentes seguros si se abriera una
grieta, ya que nosotros, aun perdiendo, tendríamos la certidumbre, de que la mismas personas
calificadas que eligieron otra opción diferente a la elegida por nosotros, al
no hacerlo por revancha, por el famoso voto castigo, por tener que elegir lo
mejor de lo peor. Esos, los que nos ganaron, los que se dieron el tiempo para
verificar que su voto, caiga en buenas manos. Esos… los que triunfaron… no
permitirán de ninguna manera, que se rife el destino de la patria, y serán, los
que marcharan con nosotros ante el reclamo cierto, los que revocaran el mandato
de sus sindicalistas, ni bien vean la acción
traidora de la coima. Entonces,
los perfiles de los candidatos, ya no podrán confundirse con los prontuarios de los candidatos. Y no hará
falta tanta reglamentación, ya que un
pueblo con memoria, verdad y justicia, es sin duda, la utopía que muy pocos
soñaron. Solo tenemos que ejercitar. Y ya no importara de que sector, que ala
de que partido, porque los conceptos del pueblo son sabios. Porque cuando nos
apretamos entre todos, sin permitir que nos inyecten odio, reconocemos al otro
en mí y tiramos juntos para adelante,
sintiendo la tradición, y la historia y sabiendo que “Patria o Muerte” es para los que desde afuera intentan sangrar
la patria o para los que desde adentro
se alinean a ellos. Y mi compatriota será el codo que me apretara porque de
aquí “NO PASAN”
Entonces
cuando por fin tras los consecuentes cambios de administraciones, entiendan los
candidatos que nosotros o ellos…. No
importa que partido, estaremos custodiando día a día para comprobar que la
confianza que hemos puesto en su persona, tendrá que estar a la altura de la responsabilidad con que trabajen
diariamente. Ahí…. En ese preciso momento… habremos logrado (si le da la
capacidad de estar a la altura de su
pueblo) un mandatario legítimo, con una
representación para la que no hay protocolo y
brillaremos como pueblo memorioso, defensor de sus verdades, custodio de
su justicia… y emblema, para seguir en el mundo.
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